Piedras calientes para la zona lumbar

Tras los 60 años, la elasticidad de músculos y ligamentos en la zona lumbar disminuye y la circulación se ralentiza. La terapia con piedras calientes ofrece un calentamiento profundo que alivia espasmos, nutre discos intervertebrales y devuelve la movilidad.

1. Sesión estacionaria clásica

  • Calienta piedras de basalto a 42 °C.
  • Coloca 8–10 piedras a lo largo de la columna desde el sacro hasta la zona lumbar.
  • Mantén el calor fijo durante 15–20 minutos.
  • Beneficio: estimula la circulación y alivia espasmos crónicos.

2. Masaje móvil con piedras

  • Usa dos piedras grandes: una caliente y otra para deslizar con suave presión.
  • Desliza la piedra siguiendo las líneas musculares de la zona lumbar.
  • Alterna las piedras volviendo a calentar periódicamente.
  • Beneficio: mejora el drenaje linfático y reduce edemas.

3. Compresa envolvente casera

  • Calienta piedras a 40 °C y envuélvelas en tela de algodón.
  • Fija el paquete sobre la zona lumbar con una faja elástica.
  • Mantén 20–25 minutos, puedes andar suavemente.
  • Beneficio: calor continuo manteniendo la movilidad.

4. Combinación con gimnasia terapéutica

  • Tras 10 minutos de exposición con piedras, realiza:
    • Inclinaciones del tronco hacia adelante y atrás (5–7 repeticiones).
    • Giros suaves del torso a ambos lados (5–7 repeticiones).
  • Beneficio: aumenta la elasticidad muscular y reduce el riesgo de lesiones.

5. Integración de aceites esenciales

  • Aplica 2–3 gotas de aceite de lavanda o romero en la tela de envolver piedras.
  • Procede con la sesión al modo estacionario o móvil.
  • Beneficio: potencia la relajación y refuerza el efecto antiinflamatorio.

6. Curso “Domingos cálidos”

  • Realiza una sesión semanal cada domingo durante 6–8 semanas.
  • Combina sesión estacionaria, masaje móvil y compresa a medio curso.
  • Beneficio: consolida mejoras y adapta al organismo al calor terapéutico.

La terapia con piedras calientes ofrece métodos versátiles para aliviar el dolor lumbar en mayores de 60 años. Elige o combina las prácticas según tus necesidades para recuperar flexibilidad, reducir el dolor y mejorar tu calidad de vida.